Día del Escudo Nacional

Uno de los símbolos patrios, adoptados por la Asamblea del 1813, fue el Escudo Nacional. Sin bien su origen formal es un tanto incierto, conocemos algunas certezas. Establecida la Primera Junta en 1810 se utilizó en todos los documentos oficiales y actos gubernamentales las mismas “armas reales”, es decir un dibujo a modo de escudo, que durante el virreinato legitimaba sus resoluciones.

En 1813, La Asamblea General Constituyente decide modificar el diseño y encomendará al diputado por San Luis, Agustín Donado la elaboración de un sello oficial.
Donado confió el trabajo a un reconocido grabador de la época: Juan de Dios Rivera. Lo que no se conoce fehacientemente es al autor de los esbozos originales. Ciertos historiadores aceptan a Bernardo de Monteagudo como su gestor.
Aunque no consta un decreto ni resolución alguna que atribuya la adopción de dicho sello como símbolo patrio, las semejanzas entre el nuevo sello y el actual escudo hacen suponer una relación consecuente entre ambos.
Otra evidencia que sustentaría esta afirmación se encuentra guardada en el Museo Histórico Nacional. Se trata de una carta de ciudadanía, expedida en una de las primeras sesiones de la Asamblea, en las que aparece por primera vez el escudo estampado en un sello de lacre.


Será recién el 12 de marzo de 1813 cuando surge la primera mención oficial expresa acerca del sello. La sesión de ese día dice: “La Asamblea General Constituyente ordena que el Supremo Poder Ejecutivo use el mismo sello de este Cuerpo Soberano, con la única diferencia de que la inscripción del círculo deberá ser “Supremo Poder Ejecutivo de las Provincias Unidas del Río de la Plata“”.
En relación a ese día histórico, es que conmemoramos por esta fecha el Día del Escudo Nacional.
No obstante, este emblema patrio, esconde una historia que pocos conocen. Cuando en 1816 se analizaban los procedimientos para declarar la emancipación de las provincias unidas del Río de la Plata, no solo respecto de Fernando Vll, sino también de sus sucesores, la metrópoli y toda nación extranjera, existió una propuesta diferente, en la voz de Manuel Belgrano, denominada como “El Rey Inca”.
Esta idea, que tenia por cierto algunos años de gestación, refería a la restitución de la Monarquía Inca, objetivo que tenia por fin, entre otros, devolver el poder americano a los dueños originarios y legítimos del mismo: los indios americanos y a la cultura mas importante producida en Sur América hasta hoy; los Incas, los constructores del Incario.


Finalmente el proyecto no prosperaría, Buenos Aires logrará traer el Congreso a Buenos Aires y la historia seguirá el rumbo que conocemos.
Pese a todo aun prevalece un detalle de aquella maravillosa gesta que pocos conocen. El sol, estampado tanto en el escudo como en la bandera, no es otro que el Sol de los Incas, el sol de Túpac Amaru, el sol de Manco Cápac. Casi como un gesto, mudo y eterno, persiste intacto como recordándonos que por un instante la historia pudo ser otra, distinta, quizás mejor.

Información extraída de http://blogsdelagente.com